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Miércoles, 29 Marzo 2017 02:43

Mejora percepción de perspectivas del TLCAN: Luis de la Calle Pardo

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Mejora percepción de perspectivas del TLCAN

Luis Fernando de la Calle Pardo*

Finalmente, mercados, analistas y el propio gobierno de Estados Unidos empiezan a entender que el margen de la Casa Blanca para afectar negativamente a la economía mexicana y al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es más estrecho de lo que suponían.  El margen nunca fue muy amplio y las amenazas de imposición de aranceles punitivos a empresas que invirtieran fuera de Estados Unidos tampoco eran creíbles.

A pesar de esto, el peso se vio vapuleado antes y después de la elección de noviembre, pero ha mostrado una recuperación a partir de la toma de posesión.  Esta recuperación cambiaria está relacionada, primero, con la reevaluación de las posibilidades de éxito de la expansión de gasto público, inversión en infraestructura, reforma tributaria y desregulación en Estados Unidos que supusieron los mercados justo después de la jornada electoral.  Gobernar es siempre más difícil de lo que parece y la Casa Blanca de Trump ha mostrado un nivel de descoordinación muy superior al de un hombre de negocios ‘capaz’.  En esto también se equivocaron los votantes y los mercados.   Trump supo venderse no sólo como una persona que representaba los intereses del elector blanco olvidado, sino que se le perdonaban todo tipo de expresiones por la expectativa de que con él, el gobierno sí funcionaría.

Segundo, porque la retórica vociferante anti-TLCAN ha dado paso a expresiones más moderadas sobre los objetivos de negociación, o renegociación, de Estados Unidos, tanto en declaraciones del nuevo Secretario de Comercio Ross, como en la ausencia de la renegociación en el discurso del presidente Trump ante su congreso, como en las prioridades comerciales de Estados Unidos publicadas hace unos días por su gobierno.

Aunque, según Trump, el TLCAN sigue siendo el peor acuerdo comercial de la historia, el objetivo ahora parece ser encontrar una reformulación que sea positiva para ambos países.  Ya se verá en la mesa de negociación si esto es cierto.  También se ha avanzado de manera muy importante, igualmente, en asegurar que Canadá sea parte de la renegociación si ésta se da.

La expectativa ahora es que cerca del 15 de marzo la Casa Blanca notifique a su congreso la intención de negociar con México y Canadá bajo la ley Trade Promotion Authority (TPA).  Bajo ésta, la negociación no podría iniciar antes de 90 días y previa (30 días antes del inicio) publicación de los objetivos de negociación acordados con el congreso y congruentes con TPA.

Un análisis del programa comercial de Estados Unidos publicado la semana pasada y de los objetivos de la TPA permite concluir que la renegociación del TLCAN será más acorde con la agenda tradicional de lo que se pensaba.  Esto no quiere decir que será fácil, no lo va a ser; que no habrá fricciones, las habrá; que Estados Unidos no pedirá concesiones que México no puede aceptar, las pedirá; ni que no exista la probabilidad de una ruptura irremediable de las negociaciones.  Lo que quiere decir es que la definición de los objetivos de negociación no puede estar divorciada de la realidad de una relación e integración económicas entre Canadá, Estados Unidos y México que benéfica para todos.

Si en la campaña electoral nadie defendía a México o al TLCAN, en las últimas semanas la cobertura mediática ha sido mucho más favorable.  Centros de investigación, académicos, economistas, analistas y exportadores han comenzado a expresarse a favor y advertido de las consecuencias negativas para Estados Unidos de fricciones comerciales innecesarias en América del Norte.  Lo más significativo ha sido el papel del sector agropecuario de ese país que ha expresado al propio presidente Trump, por escrito, su oposición a modificaciones al TLCAN que puedan poner en riesgo sus enormes exportaciones a México.  Esto ha generado cobertura mediática positiva no sólo en medios escritos sino también en radio y televisión sobre la importancia de México como mercado para el medio oeste y sobre el papel de los trabajadores mexicanos para la agricultura de ese país.

El más importante acicate para esta movilización es la perspectiva de que México entable negociaciones con países productores de granos y productos pecuarios.  Debe quedar claro que Canadá será, cada día más, un proveedor preferido de estos productos y que el TLCAN permanecería entre este país y México si Trump cumpliera su amenaza de abandonarlo.  Pero debe irse más lejos, es fundamental que se anuncie el inicio de negociaciones con Australia para un ambicioso tratado de libre comercio y se tomen como punto de partida las concesiones de acceso ya acordadas bilateralmente en el marco del Acuerdo Transpacífico (TPP).  Además, debe responderse en positivo la solicitud de Brasil y Argentina de, ahora sí, profundizar la relación comercial con ellos.

Avanzar en estas iniciativas es clave para configurar una negociación balanceada con Estados Unidos, en especial cuando se espera que no haya una agenda coincidente en vista de la retórica de su presidente.  Ésta es una enorme diferencia con respecto a la negociación de hace 25 años, también muy dura y compleja, pero con la certidumbre de que los tres países perseguían un objetivo común.

Ahora México debe dejar claro que seguirá como una economía abierta independientemente del resultado de la negociación con Estados Unidos y que seguirá una ambiciosa agenda de diversificación.   Primero de importaciones e inversión, pero en el largo plazo de exportaciones también.

Resulta paradójico que uno de los obstáculos para fortalecer la posición de negociación será interno y vendrá de grupos del sector privado que no estarán a favor de negociar con otros países.  Al final, el éxito de la economía mexicana para sortear el reto que implica Trump dependerá más de lo que haga México que de lo que se haga con Estados Unidos.  Ya se verá si se está a la altura de las circunstancias.

Jesús Silva Herzog

Tuve el enorme privilegio de colaborar y aprender con don Jesús, funcionario público, político, economista y representante de lo mexicano ejemplar.  Muchas fueron sus virtudes; dos de ellas escasas en el mundo de la política: honestidad y chispa.  Descanse en paz.

@eledece

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