En mi trabajo alrededor del mundo, escucho mucha frustración cuando las personas, líderes y gerentes enfrentan cambios significativos en la industria y trabajan más que nunca. 

Frecuentemente, se sienten frustrados porque en el pasado se tomaron malas decisiones en sus organizaciones y sienten que están enfrentando lo peor de esas pobres decisiones.

Por ejemplo, en un banco que conozco bien, casi todas las áreas del negocio tuvieron un gran año, excepto la división que perdió miles de millones de dólares y anuló el éxito de todas las demás divisiones. Esto hizo la vida difícil para los empleados en las divisiones exitosas. Entonces, ¿qué podemos aprender y cómo podemos crecer de la adversidad?

Una de las características más comunes de las personas exitosas es que tenemos un "locus de control interno" muy fuerte. En otras palabras, creemos que nuestro éxito en la vida es una función de la motivación y la capacidad que aportamos al mundo. Las personas menos exitosas tienden a ver el éxito como una función de factores externos, o del medio ambiente.

Normalmente, esta creencia en nuestro control sobre nuestro propio destino funciona a nuestro favor. Nos motiva y nos anima a desarrollar nuestras habilidades. Nos ayuda a asumir la responsabilidad. (¡También nos impide gastar dinero en boletos de lotería!)

Cuando los factores ambientales negativos impactan nuestro éxito, nuestro fuerte locus de control interno nos dificulta aceptar la realidad del entorno externo. Comenzamos a enojarnos porque "no es justo", y hacemos preguntas como, "¿Por qué me castigan por los errores de los demás?"

No puedo ayudar a ninguna compañía a recuperar los miles de millones de dólares que ha perdido. Y no puedo ayudar a las personas a obtener una bonificación o salvar a sus valiosos miembros del personal. Trataré de ayudar a sacar lo mejor de la situación. Mis sugerencias son:

1.- Date cuenta de que todos cometemos errores. Las personas que tomaron malas decisiones, o sus jefes, son sólo humanos. Históricamente, estas personas han hecho algunas muy buenas apuestas. Recientemente hicieron algunas apuestas muy malas. No tienes que amarlos, sino simplemente aceptarlos por ser quienes son. Llevar la ira hacia tus compañeros no ayudará a tu empresa ni a las personas que trabajan contigo.

2.- Perdónate a ti mismo. Eres un adulto. Tú elegiste trabajar con esta compañía. En cierto modo, hiciste una apuesta. Algunas veces nuestras elecciones no funcionan como lo habíamos planeado. Esto no te convierte en una mala persona, solo un ser humano. En un nivel más profundo, la persona de la que estás realmente enojado puede ser tú mismo. No te avergüences personalmente porque tu empresa ha perdido dinero. Si bien puedes tener tu propio rendimiento, no puedes ser propietario del rendimiento de las personas que no controlas.

3.- Reevalua la situación. Uno de los mayores desafíos para los inversores es aprender el significado de "costo irrecuperable". Lo hecho, hecho está. Déjalo ir. Reconsidera objetivamente tu situación. Dado el mundo que existe hoy, ¿quieres quedarte? Si es así, saca el mejor provecho de dónde estás. ¿Quieres irte? Si es así, comience a buscar otro trabajo.

4.- Recuerda tu misión más profunda en la vida. Compórtate de una manera que optimice los beneficios para ti y las personas que amas. No te cortes la nariz para fastidiar tu rostro dejando que tu ira anule tu lógica. He visto a muchas personas, por demás inteligentes, tomar decisiones estúpidas cuando estaban enojados. No dejes que esto te pase a ti.

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